La princesa creció feliz durante un tiempo, en compañía de
sus padres, ayudando a todo tipo de enfermos a sanar sus heridas, y haciendo
del castillo de los reyes el más lujoso de cuantos se hubiesen visto en mucho tiempo.
Los cubiertos, las copas, los marcos de cuadros y ventanas, y muchas más cosas
eran ahora de oro, gracias a los poderes de Violetta. Pero la noticia de las
habilidades de la princesa también había llegado a oídos de bandidos y
príncipes avariciosos, que querían utilizar los poderes de la princesa en
beneficio propio, por lo que la princesa tuvo que ser encerrada en una torre,
con solo seis años, a la que sólo sus padres y Glinda, la reina del bosque,
tenían acceso utilizando una llave que el hada había encantado para tal
cometido.
La princesa de oro (1)
Había una vez hace mucho tiempo y en un reino muy lejano un
rey y una reina que acababan de tener una hija. Para celebrar el nacimiento del
bebé, hicieron una gran fiesta, invitando a todos sus amigos y súbditos, ya
fueran de la alta nobleza o del no tan rico campesinado: reyes de los países
vecinos, gobernadores, duques… pero también a mercaderes, herreros, escribanos
y a muchos tipos de artesanos más.
¿Por qué y para qué?
El otro día, tras acabar y publicar
mi primera publicación presentando el blog, me dije “Tanto hablar de qué me ha
llevado a crear el blog y no hablar del blog mismo, que es lo que importa en
una presentación.” Por eso, pensé en hacer esta entrada, explicando los motivos
de cuestiones tales como por qué se llama así, para qué lo quiero, para qué
servirá o el uso que le daré.
Otra vez aquí
Bueno, pues aquí estamos otra vez. Sí, otra vez. Aunque el
blog sea nuevo, no es la primera vez que intento meterme en el mundillo de los
blogs. Ya lo había intentado el verano pasado y el verano anterior, intentando,
sin éxito, escribir historias cortitas acerca de libros que había leído.
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