El otro día, tras acabar y publicar
mi primera publicación presentando el blog, me dije “Tanto hablar de qué me ha
llevado a crear el blog y no hablar del blog mismo, que es lo que importa en
una presentación.” Por eso, pensé en hacer esta entrada, explicando los motivos
de cuestiones tales como por qué se llama así, para qué lo quiero, para qué
servirá o el uso que le daré.
El nombre adecuado para el
blog no tardó mucho en ocurrírseme. “El
mundo de las palabras”. Parecía encajar con lo que yo quería transmitir, ya
que este blog, como casi todos, estará llenito de ellas, pero no fue su
cantidad el motivo de elección del nombre, sino más bien fue su misión.
Las historias, los poemas, los relatos, están hechos de palabras, ¿no? Y como
eso será lo que aquí aparezca, ese nombre me gustó. Pero además, ¿qué tienen en
común todos esos tipos de textos? Todos ellos describen alguna realidad,
incluso los poemas en algunos casos. De ahí lo de “mundo”, pues cada texto os
transportará, queridos lectores a un mundo distinto: la Edad Media, las
montañas, una pradera… vamos, espero que lo haga, porque si no definitivamente
dejo lo de escribir y me dedico a otra cosa.
Lo que sí me trajo verdaderos
quebraderos de cabeza fue el nombre que tenía que poner como autor del blog. Os
preguntaréis, “¿Por qué no pones el tuyo y ya está? Es más fácil así, ya que no
tienes nada que pensar, y además alguna gente te podrá reconocer.” Pues bien,
eso es justo lo que no quiero. No quiero que nadie sepa quién soy. Así, podré
escribir lo que a mí me parezca sin que otros me estén dando la chapa con que
yo escribí esto o lo otro, o que me digan que escriba algo basado en ellos, o
en lo que ellos aparezcan, o que me digan que lo hago bien y me feliciten o mal
y me lo reprochen.
No, queridos, este blog es de alguien que quiere pasar
desapercibido, ver sin ser visto, escuchar sin ser escuchado. Con lo cual me
puse a pensar un nombre para mí. Se me ocurrían multitud de ellos, pero los iba
descartando uno tras otro, porque ninguno me gustaba. Algunos me parecían
demasiado estúpidos, otros no venían a cuento, y otros simplemente no me gustaban.
Hasta que se me ocurrió el que tengo actualmente. “El soñador de ideas”. Me pareció
perfecto. Me paso la mayor parte del día soñando despierto (tan aburrida es mi
vida), y lo que viene a mi cabeza son, en algunos momentos, ideas. Bien ideas
sobre qué hacer el fin de semana, bien ideas sobre cosas que podría hacer en el
futuro, o sobre cosas que podrían ser el punto de partida de una buena
historia, o sobre las que escribir, que no necesariamente fueran a dar lugar a
historias. Así que ese nombre es el que quedó.
Así que, ahora que lo tengo todo,
iré llenando este blog con lo que se me vaya ocurriendo. Con una idea tras otra
intentaré entreteneros, queridos lectores, y a cambio solo os pido, como ya os
dije en mi anterior entrada, una cosa: que opinéis de vez en cuando. Vuestra
opinión, me importa. Muchas gracias :)
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