La princesa creció feliz durante un tiempo, en compañía de
sus padres, ayudando a todo tipo de enfermos a sanar sus heridas, y haciendo
del castillo de los reyes el más lujoso de cuantos se hubiesen visto en mucho tiempo.
Los cubiertos, las copas, los marcos de cuadros y ventanas, y muchas más cosas
eran ahora de oro, gracias a los poderes de Violetta. Pero la noticia de las
habilidades de la princesa también había llegado a oídos de bandidos y
príncipes avariciosos, que querían utilizar los poderes de la princesa en
beneficio propio, por lo que la princesa tuvo que ser encerrada en una torre,
con solo seis años, a la que sólo sus padres y Glinda, la reina del bosque,
tenían acceso utilizando una llave que el hada había encantado para tal
cometido.